Es una adjetivación insultante, aunque dependiendo del contexto también puede demostrar admiración. Claramente se intenta ofender a través de la madre, pero terminó como un calificativo para una "mala persona", para alguien dañino en quien no se puede confiar. Ver guacho, bastardo, malparido, ahijuna, hijo de una callejera, higo de fruta, la puta que te parió.
"¡Su hijo era real y estaba en su interior! Esta vez todo saldría bien. Se sentía fuerte, segura de sí misma. Aquel hijo de puta iba a lamentar haber amenazado a su hijo. (Juan Gallardo)"